sábado, 16 de marzo de 2013

Maleantes

Entre los muchos peligros a los que se enfrentan los aventureros se hallan los maleantes, personas que por diversos motivos pueden causar un mal al prójimo. Las palabras que he recopilado en la presente entrada no son las únicas existentes, sin embargo sí son las que tienen más antiguedad. A pesar de ello se siguen empleando en la actualidad, lo que demuestra que en uno de los oficios más antiguos del mundo hay cosas que nunca cambian, y que también existe la especialización.







Asesino: Del neoárabe haššāšīn "adicto al cáñamo indio o haschis". Nombre dado por los europeos, en tiempo de las cruzadas, a los adeptos a la rama nazarí de la secta de los ismailíes. Organizados en sociedad secreta (s.XI), empleaban sistemáticamente el terrorismo contra sus adversarios. Es probable que los asesinatos fueran cometidos bajo la influencia del hachís, o bien se tratase de fanáticos adictos que recibían su "recompensa" tras hacer el trabajo. Fueron eliminados en el s.XIII. Aunque el vocablo es empleado antes varias veces y con muchas variantes, la palabra no queda fijada ni se generaliza en el castellano hasta el s.XVIII, que es cuando toma el significado de el que mata a otro con alevosía y traición.







Bandido: Raíz bha-2 (hablar). Del italiano sbandito derivado de bandire "proscribir". Y se llamó así porque era fugitivo de la justicia llamado por bando. Un bando es un edicto o mandato de busca y captura o destierro solemnemente publicado por orden superior. En España la palabra ya es conocida desde al menos comienzos del s.XVI. Los bandidos solían vivir en el monte o en eriales, de ahí que el salvaje oeste americano del s.XIX fuese una zona adecuada para el bandidaje.







Bandolero o banderizo: Tomado del catalán bandoler como consecuencia del gran desarrollo de las banderías y luchas civiles en la Cataluña de los siglos XV-XVII, que degeneraron en bandolerismo; el catalán bandoler, deriva de bandol "facción", tomado a su vez del castellano o aragonés bando. Esta palabra dio origen a "bandolera" (correa que cruza el pecho y la espalda y que sirve para colgar un arma de fuego), del catalán bandolera derivado de bandoler porque así llevaban ellos las suyas para comodidad en sus marchas por la montaña. De Cataluña (tierra clásica del bandolerismo en el s.XVII) pasó el vocablo a todas las lenguas europeas.







En España y durante el siglo XVI hubo dos grandes focos de bandolerismo, el andaluz y el catalanoaragonés; El mismo Fernando el Católico organizó una campaña contra los bandoleros de Aragón en 1515. Muchos de ellos, tanto en Aragón como en las Alpujarras (los monfíes), eran moriscos, como los hermanos Lope y Gonzalo Xeniz; el fenómeno se reprodujo también en la piratería marítima, porque muchos piratas moriscos asediaron las costas mediterráneas de España, sobre todo tras la llamada expulsión de los moriscos en 1609 por Felipe III; muchos de ellos se dedicaron a asaltar los puertos mediterráneos y atlánticos de su antiguo país, como por ejemplo el pirata Amurates. También fueron célebres Lucas de Burgos "el afanador de Cabra", Pero Vázquez de Escamilla y otros. Era habitual despeñar a sus víctimas en barrancos hondísimos para que no quedara huella alguna de los crímenes.







En la Cataluña del siglo XVI actuaban Antonio Roca, Testa de Ferro y Perot Rocaguinarda, rememorado por Cervantes, y, ya en el siglo XVII, Joan Sala apodado Serrallonga; muchos de estos bandoleros catalanes fueron en realidad instrumentos del clan popular de los Nyerros o Nyarros en su lucha privada contra el clan aristocrático de los Cadells. En el s.XVIII la palabra designaba al que sigue a alguna facción por enemistad y odio que tiene a otro, y se hace al monte, donde los unos y los otros andan foragidos y en continua guerra, si bien también se aplicó a los ladrones y salteadores de caminos. 

Son dignos de mención los "trabucaires", bandoleros carlistas catalanes de mediados del s.XIX liderados por Ramón Felip. Vivían principalmente del robo y el secuestro. Las familias, clanes, mafias y guerras (en este caso las carlistas) en un territorio son el principal caldo de cultivo del bandolerismo. Debido a ello también en Italia y Japón fue un fenómeno persistente.


El significado que prevalece en nuestros días acerca de los bandoleros es erróneo. Muchos de estos conocidos y románticos "bandoleros" de los ss. XVIII-XIX no eran más que meros bandidos. La amplia mayoría de los bandoleros eran bandidos, pero pocos de la familia de los bandidos eran bandoleros (por ser un término muy genérico). Abajo el bandido José María Hinojosa Cobacho llamado "el Tempranillo".







Los últimos verdaderos bandoleros en España fueron los maquis, quienes se echaron al monte al terminar la guerra civil en 1939, solian vivir del secuestro y el robo. El periodo de máximo apogeo guerrillero fue el comprendido entre 1945 y 1947. A partir de este año se intensificó la represión franquista, que poco a poco fue terminando con las partidas o grupos. Muchos de sus integrantes murieron o fueron detenidos (lo que en muchos casos supuso igualmente la muerte), otros escaparon a Francia o Marruecos. En el año 1952 se procede a la evacuación de los últimos contingentes de importancia. Desde ese año, quienes aún resisten en el monte, negándose a elegir entre exilio o muerte, luchan ya casi exclusivamente por la supervivencia. El final de los maquis lo marcan las muertes de Ramón Vila en 1963 y de José Castro en 1965.







Caco: Primer elemento de compuestos griegos, procedente de kakós "malo". En España tomó el significado de "ladrón sutil". Se llamaba también con este nombre a los que tienen mucho miedo a todo, tomado de los ladrones, que por su delito son naturalmente medrosos.







Cuatrero: Raíz kwetwer-, ped- (cuatro pies). Voz jergal abreviatura del antiguo cuatropea (latín animalia quadrupedia) "ladrón de cuadrúpedos". Tiene origen en la España del s.XVI.







Estafador: Raíz stebh- (poste; apoyar, aguantar). Del italiano staffare "sacar el pie del estribo" (al estafado se le deja económicamente en falso como al jinete que queda en esta posición), derivado de staffa "estribo": "Timar", originalmente "pedir dinero con intención de no devolverlo". En el s.XVIII tomó el significado de "el que con artificio y palabras engañosas pide y saca dineros o cosa de precio y valor con ánimo de engañar y hurtar". En el lenguaje jergal significaba "el rufian que estafa o quita algo al ladrón".







Hurón: Raíz bher-1 (llevar). Del latín fur "hurtador" "hurón"; aquí también se incluyen los vocablos hurgar, hurto, furtivo, furo (huraño) y furúnculo. Coloquialmente un hurón es una persona que averigua y descubre lo escondido. Pero en latín la palabra fur o furo tomó también el significado de "hurtador que se porta como un hurón". Asimismo, furunculus (furúnculo) era su diminutivo, o sea, un joven o poco importante hurtador.



Ladrón: Del latín latro, -onis, (salteador, ladrón en cuadrilla, raptor, mercenario, cazador, raptor, sicario, pirata), primitivamente "guardia de corps, mercenario". Latrocinor era estar en servicio militar como mercenario; servir, hacer el servicio militar. La raíz etimológica es desconocida, sin embargo al proceder originalmente del griego látron "servir", su significado original bien pudo ser el que roba o arrebata estando de servicio.







Hay una interesante acepción en laterensis "adlátere, guardia personal, ministro" que concuerda con mercenario. Isidoro comenta en sus Etimologías que latro (etimología popular como ya recogía Varrón) es el salteador de caminos que se esconde para emboscar a sus víctimas. Indica que procede del latín latrere "esconderse". Véase salteador.








Mercenario: Del latín merces, -edis, "paga, recompensa" (de la misma raíz que mercado, comercio y mercero). La palabra es ya conocida a comienzos del s.XIII bajo la acepción de "ladrón", posteriormente "el que guerrea o trabaja por una paga". La mala fama de los mercenarios ha sido común en todo el mundo, no es extraño que se les equiparase con los ladrones.







Rapaz y raptor: Raíz rep- (arrebatar); Ambos vienen del latín rapio. El rapaz es aquel inclinado a la rapiña, dicho de otro modo el que se apropia de lo ajeno con violencia. El comportamiento de este individuo se asemeja al del "raposo" o a las aves de "rapiña", no es casualidad que compartan etimología. Otro animal famoso por su rapacidad es el lobo.




Verdaderamente rapaces fueron los mercenarios y ladrones, quienes practicaban inexorablemente el saqueo, la extorsión, el rapto y la violación (en inglés rape).  El raptor tiene tres acepciones: el que rapiñea; el que comete con una mujer el delito de rapto o bien la persona que secuestra a otra, por lo general con el fin de obtener un rescate.





Ratero: Probablemente de la raíz red- (rascar, raspar, roer). Del latín rastrum "rastrillo", de ahí a cosa que arrastra (rastrero, arrastrar, rastrear). "Ratero" tomó varias acepciones en castellano: "rastrero, que se arrastra" "despreciable" "ladrón que hurta cosas de poco valor o de los bolsillos".







Robador: Raíz reup- (arrebatar). Originalmente del germánico raubon "saquear, robar". La palabra hace mención a todo aquel que roba, es de poco uso en el castellano actual pero no así en el inglés (robber). Es probable que "usurero" tenga relación con el latín usurpo "tomar posesión por uso, apropiarse de"; de ser así compartiría raíz etimológica con "robador".







Salteador: Raíz sel-3 (saltar). Del latín salax. Saltear es salir a los caminos y robar a los pasajeros lo que llevan. Tradicionalmente es aquel que saltea y roba en los despoblados o caminos.







No hay comentarios:

Publicar un comentario